7.21.2007
Sábado
Por la noche, anticuchos de corazón de res en su jugo, seguidos de unos tequeños en salsa de cerveza: se termina con un Casillero del Diablo en El Marqués, el hotel de Piura.
"¡No hay nada mejor que estar en los propios calcetines!", excepto quedarse un par de horas en la mañana de un sábado en la cama, sin calcetines, leyendo a Vargas Llosa, mientras -quo usque tandem!- una grabadora maldita toca unas 'piezas' de reggaeton en la calle. Es una batalla perdida. Quizá se nos ha cambiado la tercera guerra mundial por el reggaeton, en expiación de nuestras inmundicias.
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7 comentarios:
Un gran tormento traído hasta nosotros. ¿Qué es peor, las ya conocidas llamas del pandemónium o eso que ni siquiera atrevo a llamar música?
¡Totalmente! Es lamentabilísimo el sonidero ese infernal.
jajaja... no sabía que en el Limbo había castigos
¡El peor de los castigos! Y ya vi que hay una versión para los crímenes imperdonables: el "perreo".
Ese Artichuco... a mí me pareció salado
No temas: es pura grasa. Sabe excelente.
Al fin que para basura ya esta el reggaeton...
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