4.28.2008

Llamada al seminario


-Perdón: ¿podría hablar con el estudiante de teología Leo Schnier?
-¿Con quién hablo? 
-Schnier -dije. Por lo visto esto rebasaba sus horizontes. Calló largo tiempo, comencé otra vez a toser, me calmé y dije-: Voy a deletrear: Sara, China, Nora, Ida, Emil, Richard.
-¿Qué significa esto? -dijo por fin, y creí percibir en su voz tanta perplejidad como sentía yo. Quizá habían puesto al teléfono un viejo y amable profesor, fumador de pipa, y reuní a toda prisa un par de vocablos latinos y dije humildemente: 
-Sum frater Leonis.
(…) Curiosamente, él soltó una risita y dijo:
-Frater tuus est in refectorio. Está comiendo. (…) ¿Caso de defunción?
-No -dije-, pero casi.
-¿Grave accidente, por lo tanto? 
-No -dije-, un contratiempo interno.
-Ah -dijo, y su voz sonó algo más suave-, hemorragia interna.
-No -dije-, el alma. Asunto puramente del alma.
Por lo visto era palabra extraña para él, pues calló de modo glacial.
-Por Dios -dije-, el hombre consta de cuerpo y alma.
Su gruñido pareció expresar dudas sobre tal afirmación, y entre dos chupadas a su pipa, murmuró:
-San Agustín, San Buenaventura, el Cusano… Sigue usted un camino equivocado.
-El alma -dije con terquedad-. Por favor, diga al señor Schnier que el alma de su hermano está en peligro y que procure telefonear en cuanto haya terminado de comer. 
-El alma -dijo fríamente-, hermano, peligro. (…) Ya está anotado; urgente asunto del alma. Cuestión escolar. Oiga usted, joven, ¿me permite que, por ser yo indudablemente el de más edad, le dé un consejo amistoso?
-Oh, se lo ruego -dije.
-Deje de leer a San Agustín: la subjetividad hábilmente formulada hace tiempo que dejó de ser teología, y causa daño en almas jóvenes. No es más que periodismo con un par de elementos dialécticos. ¿No se toma a mal este consejo?
-No -dije-, ahora mismo iré a buscar el libro de San Agustín y lo arrojaré al fuego.
-Bien hecho -dijo casi con júbilo-, al fuego con él. Que el Señor le acompañe.

Heinrich Böll, Opiniones de un payaso, 8

9 comentarios:

Guillermo Núñez dijo...

A la hoguega-

david-. dijo...

Ja ja ja, qué risa acordarse de André: ¡excelente!

Phi.Lord Chandos dijo...

Siempre ácido el buen Böll con los católicos burgueses.

"Opiniones de un Payaso" fue una novela que marcó mi vida en muchos sentidos.

Supongo que la única forma como un autor católico puede escribir y ganar el Nobel es "al more" Böll.

Salud!

david-. dijo...

Ya se tardó el fantasma, carajo.

Meruti Mellosa dijo...

Viejo:
Yo que iba a leer a san Agustín...
Quiero leer de ese autor de Böll, recomiéndame algo. Leeré el que dice Lord.
Pasa a mi blog y critica mi cuento, por favor.

Saludos.

De-Scartes dijo...

se ponen a tus pies, mi querido gino.
hoy escuché al perro decir que odia que citen al buen Tin, salvo que sean las confesiones.
pensé un rato y debo decir que lo suscribo.
la quema de libros me recuerda a eco y a esa maravillosa película con connery como protagonista.
post scriptum: los libros viejos (en todo sentido, incluído el de ranciedumbre) queman mejor; además es de cachete, como de rebeldía puberta.
Vientos.
R.

Unknown dijo...

Kid, me asuste con ese título, pensé que tanto latín te estaba orillando al seminario.

Por cierto, no he ido mucho al cine últimamente...

david-. dijo...

des-cartes: ¿quién es el perro?
Es cierto además que los libros viejos queman mejor; pero coincido contigo en que no está muy correcto, la verdad, quemar libros.Es grande, sí, eso que Sean Connery le dice a los nazis en Indiana Jones: It tells me that goose-stepping morons like yourself should try reading books instead of burning them.

Kid: whoa, whoa! Tranquilo. Como decía un amigo cuando le preguntaron si se haría jesuita: aún no lo merezco.

Juan Manuel Escamilla dijo...

¡Qué bárbaro! Iba a comprarlo pronto, pero ahora estoy decidido: no hace falta, porque tú me lo regalarás.