2.07.2009

Bárbaros envenenados

(Este pós busca ofrecer evidencias para una "discusión" con A.)

En esa novelilla (quienes saben diciendo que no es muy buena, pero que mala no es), The Dean's December, Saul Bellow avanza la hipótesis genial de que nuestra sociedad está clínicamente mal. (No es la queja típica, no: es que nuestros hipotálamos están realmente enfermos.)

A truly accurate method of detecting tiny amounts of lead led to the discovery that the cycle of lead in the earth had been strongly perturbed. The conclusion: Chronic lead insult now affects all mankind. […] Mental disturbances resulting from lead poisoning are reflected in terrorism, barbarism, crime, cultural degradation. Visible everywhere are the irritability, emotional instability, general restlessness, reduced acuity of the reasoning powers, the difficulty of focusing, et cetera, which the practiced clinician can easily identify.

Ahí está: envenamiento por plomo almacenado en los huesos. Beethoven lo tenía. Según Baricco en esa alegre charla con Magris-nuestro-héroe que sacó Letas Libres sobre la civilización de los bárbaros, ya no sólo los médicos: todos pueden ver (nos) a los bárbaros. Pero no es un apocalipsis trágico sino un cambio de paradigma cultural. Puede verse por ejemplo en la reducción entre apariencia y profundidad en el arte, en la vida: ya no hay distinción. Lo que hay es lo que hay.

(Ahora bien: ya que en esas andamos, más que esa charla me gustó la entrevista a Franco Volpi en el último AF. Cuando habla sobre tecno-ciencia y nihilismo. Pero no la tengo a mano; así que nada, después.)

Viendo hoy Benjamin Button (siguen pues puras primeras impresiones), la reducción se hace evidente, y creo que es comprensible el número de nominaciones. Es una gran película, pero por momentos parecía demasiado "estudiada", demasiado "artística" ¿no? (No soy crítico; opino.) Una simple búsqueda confirma que, sí, el parecido con Forest Gump es absoluto (mismo escritor). Lo más rescatable, además, no sale: yo esperaba al final un remix con los relámpagos, y nada (¡faltó uno!).

Y la cumbre de la película, la conciencia de Pitt de la inevitabilidad del destino (en su caso absurdo por partida doble), no se puede contemplar: para ese momento la trama gira ya plenamente en torno a la Blanchett. El narrador desperdicia el momento re-escribiendo It's My Life. De hecho conocemos poco a Benjamin, al final. Insisto en que el tema lo trató mejor Borges como terror cósmico (o algo así).

Lástima pues para esa otra película que no recibió las nominaciones fuertes y que ahora no hay que mencionar (por el asunto ese del audio peculiar). Eso: todos, bárbaros envenenados locos.

2 comentarios:

Ochoa dijo...

totalmente de acuerdo en lo de benjamin y forest gump. ese "nunca sabes qué puede pasar" es idéntico al "life is like a box of chocolates..." (bostezo). con todo y eso me gustó la película o brad pitt, ya no sé.

david-. dijo...

Sí, la película es buena. Pero también: me hubiera gustado más tiempo en la madurez-vejez de este tipo, y no tanto en sus primeros años. (O como se tenga que decir en este caso.)