5.28.2009

Deberíamos aprender…

a respetar a nuestros poetas.

12 comentarios:

Juan Manuel Escamilla dijo...

Amen.

De-Scartes dijo...

bah...
entre canciones mal traducidas de nirvana o de los smashing, respetar qué?
ya no son los de antes.
villalpando, novo, bodet, sabines.
nope, ya no.

david-. dijo...

Ey, cuando te vea te regalaré un libro que un amigo mío poeta está preparando. Verás que aún hay.

Alucard dijo...

Al menos a los que todavía pueden recibir tal calificativo.

Alonso el numerario dijo...

Soy un fantasma...

Anónimo dijo...

No es que Jesús haya caminado por las aguas, es que salió volando por una patada de Chuck Norris.

Juan Manuel Escamilla dijo...

¿A mí también me regalarás el libro de tu amigo?

El Justo Medio dijo...

¿Por qué lo dices?

david-. dijo...

Bueno, hace unos días un amigo poeta me pasó un par de cosas de las que ha estado haciendo. Trabajo original, algún proyecto mayor y traducciones, etc. Y, bien, me sorprendió. Me gustó.

La cosa es: soy absolutamente incapaz de ver un sentido "proyectivo" en la poesía. Es decir: no puedo imaginar que alguien tenga un proyecto vital (ni cuando menos profesional) que se lleve a cabo "desde" la poesía. Entiendo que alguien tenga proyectos como cineasta o escritor o empresaio o incluso como músico o así, pero no me lo imaginaba posible como poeta. Más bien: no sabía cómo podría hacerse eso.

Así que cuando vi sus proyectos y trabajos, me sorprendió totalmente. De modo que eso: sí hay proyectos poéticos. Y digo "proyecto" en sentido fuerte. Ahora me parece más bien mísero estar tan imbuido que no hubiese podido imaginarlo.

Wallace, los poetas, Chesterton, es igual: "¿Por qué cada pequeña cosa en el mundo tiene que luchar contra el mundo mismo? […] Por la misma razón por la que tuve que estar sólo en el espantoso Consejo de los Días. Para que cada cosa que obedece la ley tenga la misma gloria y aislamiento del anarquista". El culmen es el sabbath: no los días de trabajo, sino el que los recapitula.

Esto es de un libro de F.X. Miranda sobre Hegel: "…es Hegel el que solventa todas estas dificultades postulando el carácter trascendental de la memoria de la humanidad. Sin la memoria de la humanidad no hay ni realidad ni racionalidad. La inmortalidad es la afirmación finita de una cosa en el seno de la memoria eterna de la humanidad. Lo relevante no es la ética ni la moral, sino el Ser y el tiempo, ya que nuestros actos carecen de relevancia significativa si no son recapitulados en una memoria final". Más gnóstico de lo necesario, pero algo así.


¡Salud por los poetas!

Juan Manuel Escamilla dijo...

Recordé la referencia que haces al Jueves aquí, sobre la guerra, y pensé que está muy mal que no conozcas esta canción: http://www.youtube.com/watch?v=56hiB4eTzBE

"Why don't you come on back to the war before it hurts us?"

Y luego estuve releyendo los versos que aprendí en el parvulario de la poesía y creo que sobre tu pasmo ante la posibilidad del desarrollo de un proyecto poético, está Walt Whitman, que sólo escribió un libro, el mismo siempre, quitando y poniendo y cortando y pegando, hasta que lo dejó estar. Su alumno español (y quien mejor lo traduce) es León Felipe. Léete los Versos y oracions del caminante, un libro entrañable, que tiene precisamente ese tono. Yo tenía, suya, una Antología rota (juego con "ese viejo y roto violín"), donde, a la manera de su maestro, recogía todos los versos de todos sus libros y los zarandeaba hasta que sólo quedara la poesía: la dicha antología. Y la tal obra consistía de un proyecto definido y susceptible de ser leído linealmente.

Sicilia también es un poco así. El libro que ganó el Aguscalientes de este año, el Tríptico, es un todo: un tríptico, donde cada cosa está en su sitio.

Ya te contaré yo por qué.

Memo Memez dijo...

No manches, que rollo tan debrayado el de arriba, ha de ser un zombie!

Estudiante dijo...

Yeah.