Letras, signos, tiempos

Es importante intentar no dejar pasar las grandes cosas. Ejemplo. Quizá algunos suscriptores del Journal des Débats, la mañana del 14 de enero de 1846, quedarían cariacontecidos al enterarse de que no habían estado poniendo atención a la publicación del Comte de Monte-Cristo, cuya última entrega se esperaba para el día siguiente. Se habrían perdido una de las grandes novelas seriales. Y en buena hora se sentirían mal, porque Dantés es -sencillamente- el mejor personaje de todos los tiempos. (Sí, más que Batman.) Por supuesto, la novela de Dantés se publicó, así que muchos pudieron recuperar a su modo la experiencia.

Pues bien: ¿qué tal si, en estos mismos momentos, se estuviera publicando una novela así? ¿No valdría la pena comprobarlo, por si pudiéramos perderlo? Bien, ah, uhm: ¿pero me atrevería a decir que esta novela se publicará algún día? Pues, si se termina, sí. Por supuesto, en estas cosas no hay leyes absolutas pero me parece muy buena. Como toda buena novela, es larga, ambiciosa, y leerla hace altamente feliz, a la vez que cumple esa nostálgica regla de Foster Wallace: Fiction's about what it is to be a fucking human being.

En fin: la historia de las Schubertíadas, aquí. Qui velit, legat.