10.09.2006

"Es lo que hay"

A: ¿Y qué tal? ¿qué va a hacer esta tarde?
C: Lo de siempre: todo es sufrimiento.

(De una conversación real entre dos amigos.)

14 comentarios:

Anónimo dijo...

desconectarme por un instante seria muy adecuado, pero no se como... detodos modos creo que alguien ya me desconecto...

Alejandro dijo...
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Alejandro dijo...

Hay que tirarse a los placeres de vez en cuando. Vivir absolutamente en el instante... Oir una sinfonía de Beethoven, por ejemplo, es una buena solución.
Tras el Muro de Planck

Gálendor dijo...

Cuando se vive con la actitud de "es lo que hay..." se deja de sufrir. Se sufre cuando se quiere más de lo que hay.
Tras el Muro de Planck

Gustavo Echevarría Navarro dijo...

Como bien dice alguno por ahí:

No es lo mejor, pero es lo que hay.
Y lo sabes.

Cheve

Anónimo dijo...

Creo que la clave está justo en eso, en el: "Y lo sabes".

El Justo Medio dijo...

Así como ahí está la clave, ahí también está lo pedante de la frase cuando se le dicen a uno.

Anónimo dijo...

cada vez que leeo o escucho la frase "es lo que hay" me dan escalofrios, ¿qué es lo que hay?

TODO.

Nada es inalcanzable (eso creo yo) la frase esta, me suena a vender la derrota demasiado barata, a rendirse demasiado rapido, me suena a conformismo, y eso me da... pereza.

Vivir al limite, no consivo la vida de otra manera"

Juan Manuel Escamilla dijo...

Chaval Goldenlink:

Discúlpame si te digo que te faltan golpes y sufrimiento. Aún no entiendes, pues, la frase en su sentido más entrañable e íntimo. Ya vivirás, te digo. Y aprenderás, como tantos, a decir "es lo que hay". Porque, sí, el sufrimiento es la moneda con que se paga la vida.

Juan Manuel Escamilla dijo...

Para goldenlink:

http://karamazovi.blogspot.com/2006/10/sobre-la-existencia.html

Dale un vistazo.

Serás grande el día que encuentres el estético, morboso y rebuscado (pero, eso sí, altamente refinado) placer que sita en la melancolía. En ese estado oscuro del alma.

Vid.: "Oiga doctor" de Joaquín Sabina. Puede ser ilustrativa, si bien no tan sublime.

Anónimo dijo...

Conozco el placer de la melancolía. Nada peor he visto. Lo morboso es precisamente lo peligroso. Es precisamente el argumento de un cuento que he empezado a escribir hace ya un tiempo: Viaje a Pesadilla. Pero me deprime escribirlo.

El problema de la melancolía y sus hermanas es que suele ser egotizante. La angustia positiva o auténtica, en cambio, conduce a la esperanza auténtica (y es, creo, lo único que permite librarse de ese prejuicio moderno estúpido que es el "optimismo").

Juan Manuel Escamilla dijo...

Sin afirmar que es sano, ni cristiano, ni recto, ese retintín de gustillo que tiene la melancolía, hago una descripción fenomenológica del hecho: es estética, placentera. Morbosísimamente placentera. Rebuscadísimamente.

No es, sin embargo, cosa buena: estoy contigo David. Dices verdad. Hablas, para no variar, con sabiduría impropia de tu edad. Sí que hay mejores cosas, como la Esperanza. Y eso sí que es bueno.

Con todo, cuánto mejor sabe la belleza habiendo conocido lo espantoso, cuánto más brilla la luz donde más reinó la oscuridad.

Anónimo dijo...

En eso último puede que tengas razón. La conversión de profundis es -¿por ello?- sublime.

De-Scartes dijo...

lee a Cioran, es lo que hay y lo que hay es un inmenso mar de caca (tm de Rodrigo Pérez).
hay que ser brutalmente cínicos pa que la realidad que se nos presenta no nos afecte.
humanitas herética¡¡¡¡
viva el dolor