11.24.2010

Más allá de la era folletinesca

El tweet es demasiado corto: depende en demasía del efecto del "golpe de vista". No sirve para conversar, para reflexionar: es veloz, continuamente llegan nuevos mensajes…

Es nuestra cultura. No de pausa y reflexión, sino de ingeniosismo (el nuevo recurso de los omnisabios) y presunción. Twitter servirá, acaso, para poner links interesantes. Y lanzar algún que otro chascarrillo.

Entretanto se multiplican los reportes de cómo el internet nos vuelve más lentos, de cómo el multitasking multiplica nuestra incapacidad de concentración… La estupidez se vuelve ahora incluso contra sí misma.

Si dedicáramos a estudiar o a pasear y pensar lo mismo que "leer" tweets…

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29.XI.2010
En dirección similar, Pérez-Reverte:
Una característica de Internet es que ahí todos corremos el riesgo de opinar, basándonos en frases leídas al azar, fuera de contexto, o en mensajes mil veces rebotados y que se deforman y desnaturalizan por el camino, sobre cuanto la amistad, el entusiasmo, el rencor, la ideología, la simple estupidez, hacen decir a unos tras leer de otros lo que, a su vez, éstos aseguran que alguien dijo. Luego, ese despelote salta a ciertos medios informativos siempre ávidos de titulares, de etiquetas fáciles y de agua a su molino…

3 comentarios:

Enrique G de la G dijo...

Agree!

Guillermo Núñez dijo...

Creo que también el blog tiende a eso, en menor medida, como los artículos de divulgación lo hacen cara a los artículos de investigación que a su vez lo hacen cara a los tratados o libros que a su vez lo hacen cara a, no sé, seminarios o cursos. Lo curioso es el modo en que algunos libros ya beben de este modo de leer la realidad tan fragmentaria. Sí cambia hábitos, todo esto, ¿no? Es alarmante verlo de primera mano, por decir.
Saludos amigo.

david-. dijo...

"De primera mano": alarmante, sí… Cada vez también con más miedo a pensar. Pereza, dejadez. Mal.