2.02.2007

El último jugador de abalorios

Gignit autem artificiosam lusorum gentem Cella Silvestria...

Con su juguete –cuentas de colores- en mano,
inclinado medita; se extiende en torno suyo
el país asolado por la guerra y la peste.
Entre las ruinas crece la hiedra,
sobre la hiedra zumban las abejas.
Una quietud cansada, de salterio en sordina,
decrepitud tranquila, late a través del mundo.
El anciano recuenta sus perlas de colores:
aquí pone la azul, allá la blanca,
ora elige una grande, ora otra pequeña,
y las dispone en círculos jugando.
Grande antaño en el juego de los símbolos fue,
maestro consumado de las artes y las lenguas,
varón esclarecido, conocedor del mundo,
viajero infatigable por doquier conocido
y siempre rodeado de alumnos y colegas.
Hogaño sobrevive cansado, solitario
y viejo: ya no atrae a los jóvenes con bendiciones,
no invita a otro Magister a sutil controversia.
Todos se han ido al cabo. Templos, libros, escuelas
de la antigua Castalia ya no existen... Reposa
el anciano entre escombros, en la mano las cuentas,
un tiempo jeroglíficas y significativas,
hoy sólo bagatelas de cristal irisado.
Los abalorios ruedan, se le caen de la mano,
se pierden en la arena...

- Josef Knecht (Das Glasperlenspiel)

(Para JE, par' elpida ep' elpidi pisteuon.)

1 comentario:

Iván dijo...

Hola. Espero puedas ayudarme a entender la frase en latín del principio.