La imposibilidad de debatir razonablemente sobre los asuntos públicos compromete seriamente la capacidad de una sociedad democrática para funcionar correctamente y requiere, por ello, de una especial atención.Aunque el artículo tenga en la mira un lugar determinado, no parece exagerado extenderlo mucho más… Propongo un ejercicio muy sencillo: cuando tengamos que vérnoslas con alguien que piense algo distinto a nosotros, no supongamos de manera automática que es un imbécil.
No parece necesario presentar muchas pruebas de semejante degradación ambiental. Basta pensar en el tenor de las tertulias políticas, en el lamentable periodismo de declaraciones, en nuestra agenda política de vodevil. Pero también en los debates privados sobre asuntos públicos, donde con tanta facilidad se recurre a la identificación partidista y al atajo ideológico. Todo ello, además, en un ambiente bronco.
11.09.2010
Más sobre las tareas del pensar
Otra oportuna oración sobre una de las tareas del pensar en nuestros días: el diálogo. Esta vez Manuel Arias Maldonado escribe "Las aguas tóxicas" en Letras Libres. Aprender a pensar, aprender a dialogar. De nuevo la advertencia, la amenaza: "el tratamiento ideológico del mundo". Así:
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